Última actualización el 4 de mayo de 2023 por Divernet
La Armada de Brasil hundió un viejo portaaviones fuera de servicio en el Atlántico sur, ignorando las advertencias sobre el daño ambiental que se considera probable que cause.
El hundimiento controlado se llevó a cabo el 190 de febrero a unas 5 millas náuticas de la costa brasileña, en una zona de unos 3 kilómetros de profundidad. Los 266m Sao Paulo, que comenzó su vida en Francia a finales de la década de 1950 como Foch, fue hundido después de que una sucesión de puertos dentro y fuera de Brasil se negaron a aceptarlo.
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Los grupos ambientalistas han afirmado que el buque de guerra está lleno de materiales tóxicos, incluidas unas 760 toneladas de amianto, más de 300 toneladas de material contaminado con PCB y metales pesados que podrían filtrarse al agua y contaminar el ecosistema marino. Han descrito los restos del naufragio no como un arrecife artificial sino como un “paquete tóxico de 30,000 toneladas”.
"Estamos en shock, porque hemos estado pidiendo a la Armada de Brasil que simplemente devuelva el barco a una base naval durante meses, para realizar un estudio adecuado de los materiales peligrosos a bordo", dijo Jim Puckett de la Red de Acción de Basilea (BAN). . El Caridad estadounidense lleva el nombre del Convenio de Basilea de la ONU de 1989, destinado a restringir el comercio de desechos peligrosos entre países más y menos desarrollados.
"Ahora ha quedado claro que preferirían contaminar el medio ambiente y perder millones de dólares para evitar un mayor escrutinio del verdadero contenido del barco", dijo Puckett, refiriéndose al desperdicio de una cantidad tan grande de acero reciclable. "El hundimiento fue completamente innecesario".
'Violación flagrante'
La acción de la Armada de Brasil ha violado tres tratados ambientales internacionales, dice BAN: no sólo el Convenio de Basilea sino también el Convenio de Estocolmo sobre contaminantes orgánicos persistentes y el Convenio y Protocolo de Londres para promover el control de todas las fuentes de contaminación marina.
"Lo que ocurrió anoche pasará a la historia como la violación más flagrante de los tratados sobre productos químicos y desechos jamás cometida por un país", comentó Nicola Mulinaris de la ONG Shipbreaking Platform. "Se debe realizar una investigación independiente sobre por qué ocurrió esto para garantizar que algo así nunca vuelva a suceder".
A este tenor, Foch, El portaaviones participó en las primeras pruebas nucleares de Francia en el Pacífico en los años 1960 y posteriormente fue utilizado en África, Oriente Medio y la antigua Yugoslavia. Brasil compró el buque por 12 millones de dólares en 2000 y el año pasado encargó a una empresa turca que lo desguazara.
Este plan fracasó a manos de las autoridades medioambientales turcas en agosto, justo cuando el Sao Paulo estaba a punto de ser remolcado al Mediterráneo. De regreso a Brasil, al barco no se le permitió ingresar a puerto porque las autoridades lo consideraron de “alto riesgo” para el medio ambiente.
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