¿Podría nuestro hallazgo ayudar a proteger la Gran Barrera de Coral? Preguntan MELISSA NAUGLE y EMILY HOWELLS de la Southern Cross University y LINE K BAY del Instituto Australiano de Ciencias Marinas (AIMS).
Así como los seres humanos manejan el estrés de manera diferente, lo mismo ocurre con los corales. Incluso las colonias de corales de la misma especie, que crecen una al lado de la otra, varían en su tolerancia a presiones como las olas de calor.
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In Investigación publicada el 23 de septiembreDescubrimos nuevas y sorprendentes evidencias de una tolerancia variable al calor en los corales. A medida que los océanos del mundo se calientan, estas diferencias son importantes.
A principios de este año, el mundo Cuarto evento de blanqueamiento masivo a nivel mundial Se declaró. La Gran Barrera de Coral (GBR) ha sufrido cinco blanqueos masivos desde 2016, la más reciente el verano pasado. Las declaraciones siguieron a la año más cálido registrado.
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Para mantener los arrecifes de coral del mundo sanos y en funcionamiento, las emisiones globales de carbono deben ser frenado drásticamente Reducir la tasa de calentamiento de los océanos. A medida que la humanidad trabaja para lograr ese objetivo, las intervenciones pueden dar tiempo a los corales para sobrevivir en entornos en los que se calientan.
Lo que hicimos
La tolerancia al calor de los corales se puede medir analizando sus respuestas a temperaturas elevadas del agua. Nuestra investigación implicó medir los umbrales de blanqueamiento de más de 500 colonias de corales tabulares Acropora hyacinthus.
Acropora hyacinthus es un coral común que forma “tablas” de ramitas diminutas. Esta especie es ambas Es de gran importancia ecológica y muy vulnerable a las olas de calor, lo que lo convierte en un candidato ideal para la conservación.
El color característico de los corales se debe a las algas que viven en su interior. Las algas también aportan la mayor parte de la nutrición del coral. Cuando la temperatura del agua se eleva demasiado durante demasiado tiempo, el coral expulsa las algas, lo que provoca que se decolore y muera de hambre.
Mientras estábamos en el mar, visitamos 17 arrecifes para bucear y buscar Acropora hyacinthusLuego llevamos muestras de estos corales a bordo de un barco de investigación para realizar experimentos.
Nuestro sistema experimental portátil especialmente diseñado contenía 12 tanques configurados a cuatro temperaturas diferentes. Se colocaron fragmentos de coral en cada tanque y se los sometió a estrés térmico de corta duración a diferentes temperaturas.
Después, medimos la cantidad de pigmento que quedó en los fragmentos de coral, que se alinea directamente con la cantidad de algas que quedan en las células del coral.
A continuación, determinamos los umbrales de blanqueamiento de cada coral, es decir, la temperatura a la que la pigmentación del coral desciende al 50 % de su nivel saludable. Esto nos permitió comprender cuánta variación existe y dónde viven las colonias más tolerantes al calor.
¿Qué descubrimos entonces? En nuestros experimentos, la cantidad de pigmento retenido a altas temperaturas varió entre el 3% y el 95%. Esto significa que a altas temperaturas algunas colonias de coral se blanquearon por completo mientras que otras parecieron apenas afectadas.
De los 17 arrecifes que estudiamos, 12 contenían colonias con umbrales de blanqueamiento en el 25 % superior. Esto significa que se pudieron encontrar corales tolerantes al calor en la mayoría de los arrecifes que muestreamos.
Naturaleza versus crianza
Los corales manejan el estrés de manera diferente por dos razones: naturaleza y crianza.
Cada coral tiene una “naturaleza” o composición genética única que puede afectar su tolerancia al calor. Nuestros resultados sugieren que los corales que se encuentran en toda la Gran Barrera de Coral pueden contener recursos genéticos únicos que son importantes para la recuperación y la adaptación.
Sin embargo, existen aspectos del entorno marino que pueden favorecer o dificultar la respuesta de los corales al estrés térmico, como la temperatura del agua, las condiciones de los nutrientes y las algas simbióticas que viven en el interior del tejido coralino.
Descubrimos que los corales que viven en regiones más cálidas, como la zona norte de la Gran Barrera de Coral, pueden soportar temperaturas del agua más altas. Sin embargo, como el agua es tan cálida en estas áreas, los corales ya están cerca de sus límites de temperatura.
Los corales de la zona sur de la Gran Barrera de Coral no pueden soportar temperaturas tan altas como sus vecinos del norte. Nuestros hallazgos sugieren que estos corales pueden tolerar un calentamiento mayor por encima de sus temperaturas locales que los corales del norte.
Estos patrones de tolerancia pueden afectar qué corales sobreviven a las olas de calor marinas.
Dándole un futuro a nuestros arrecifes
Nuestros hallazgos tienen implicaciones potencialmente importantes para la capacidad de los corales de adaptarse a mares más cálidos bajo el cambio climático.
Los resultados también pueden servir de base para los esfuerzos de restauración y conservación de los arrecifes. Por ejemplo, los corales parentales tolerantes al calor podrían ser... criado selectivamente para producir crías más adaptadas a aguas más cálidas.
El éxito de estos programas depende del grado en que la composición genética de un coral controla su tolerancia al calor. Por ello, el siguiente paso de esta investigación es investigar estas diferencias genéticas.
Ya se están realizando ensayos de cría selectiva marcha, utilizando los corales más tolerantes al calor identificados en este estudio.
Cuando se trata de proteger nuestros arrecifes de coral, es imperativo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, intervenciones como la cría selectiva pueden ser complementos útiles para brindarles a los arrecifes de coral el mejor futuro posible.
Melissa Naugle es candidata a doctorado en ecología de corales en Universidad de Southern Cross; Emily Howells (en español) es investigador principal en biología marina en Universidad de Southern Cross y BAHÍA DE LA LINEA K es Director del Programa de Investigación en la Instituto Australiano de Ciencias del Mar
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