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Todavía juntos, millones de años después
En estudios científicos recientes han surgido dos historias de comportamiento de la vida marina que sobrevivió a lo largo de millones de años.
En un espectacular ejemplo de interacción prehistórica, un fósil compuesto de 180 millones de años ha revelado una lucha a muerte entre tres especies marinas, en el caso del mordedor.
Un calamar del Jurásico temprano conocido como belemnita había estado masticando un crustáceo parecido a una langosta cuando un tiburón, cocodrilo u otro gran depredador le dio un mordisco. La escena ha sido reanimada tras el descubrimiento de los restos fosilizados de las criaturas en una cantera alemana.
Los picos de los cefalópodos eran difíciles de digerir, por lo que los antiguos depredadores tendían a apuntar a las partes blandas del calamar, y al belemnita sólo le quedaba la tribuna y los brazos. Los investigadores sugieren que el depredador probablemente haya sido el tiburón extinto. Hybodus hauffianus, como se ilustra arriba.
Los restos de calamar y langosta habrían caído juntos a lo que entonces era el fondo marino, presumiblemente en una zona donde los carroñeros eran escasos. Un estudio realizado por un equipo dirigido por Christian Klug del Instituto y Museo Paleontológico de Zurich se publica en la Revista Suiza de Paleontología.
****** Mientras tanto, se sabía a partir de restos fosilizados que los crinoideos y los corales prehistóricos alguna vez disfrutaron de una relación simbiótica, hasta hace 273 millones de años, cuando las especies involucradas desaparecieron del registro fósil.
Sin embargo, ahora parece que los crinoideos y los corales cohabitantes continuaron prosperando a lo largo de los eones, escondidos en los fondos marinos profundos.
Los científicos encontraron recientemente raro Abisoanto hexacorales y metridoidea anémonas que crecen a partir de los tallos de Metacrino rotundus crinoideos, también conocidos como nenúfares japoneses. Esta relación simbiótica se produjo a profundidades inferiores a los 100 m en el Pacífico, frente a Honshu y Shikoku en Japón.
En la era Paleozoica, los corales trepaban por los tallos de los crinoideos para alimentarse por filtración en las corrientes más fuertes que se alejaban del fondo marino, aunque aún no está claro qué ganaban los crinoideos con esta relación.
13 de mayo de 2021
Un equipo de investigación dirigido por el paleontólogo Mikołaj Zapalski de la Universidad polaca de Varsovia utilizó microscopía estereoscópica y microtomografía para estudiar los especímenes. Llegaron a la conclusión de que debido a que los corales no trepaban por encima de los abanicos de alimentación de los crinoideos, no competían por el alimento ni afectaban la flexibilidad de los tallos.
Los crinoideos paleozoicos se relacionaron con corales que tenían un esqueleto de calcita, pero los fósiles de corales no esqueléticos como los encontrados en Japón son raros, lo que los investigadores creen que podría explicar la brecha en el registro fósil.
Su estudio está publicado en Paleogeografía, Palaeoclimatología, Paleoecología.