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Sri Lanka: lo sombrío y lo bueno
Placas branquiales secas en un puesto en el mercado de medicina china.
Una de las mayores incautaciones de branquias de mantarrayas vulnerables jamás documentada tuvo lugar en el aeropuerto internacional de Hong Kong el 23 de octubre, pero los funcionarios de aduanas que las confiscaron aún podrían verse obligados a dar marcha atrás.
Confiscaron alrededor de 330 kg de placas con un valor de mercado estimado de 900,000 dólares de Hong Kong (88,000 libras esterlinas) después de encontrarlas en un envío de Sri Lanka con la etiqueta "branquias de pescado seco". Pero aunque las mantas supuestamente están bajo protección internacional, las autoridades podrían tener que permitir que el envío continúe su camino, según la organización benéfica británica Manta Trust.
El comercio de branquias de manta para su uso en la “medicina” asiática es relativamente nuevo, pero ya está devastando a las poblaciones, dice el fondo. Las rayas se reproducen con poca frecuencia, solo tienen una cría por gestación y el tamaño general de la población es relativamente pequeño, por lo que no hace falta mucho para que se produzca la sobrepesca.
Según la legislación CITES, las naciones deben demostrar que cualquier comercio internacional de branquias de manta no afectará la supervivencia de la especie. Pero según el Dr. Guy Stevens, director ejecutivo de Manta Trust: “Es esencialmente imposible para cualquier país demostrar que el comercio de partes del cuerpo de manta es sostenible.
Lejos de proteger a las mantas, Sri Lanka sustenta una de las pesquerías de rayas más grandes del mundo, con una cifra estimada en que se capturan entre 600 y 1000 ejemplares anualmente, una tasa que Manta Trust describe como “probablemente insostenible”.
8 November 2020
Naciones como Sri Lanka “deben asumir la responsabilidad de proteger su propia biodiversidad nacional antes de que sea demasiado tarde”, dice, añadiendo que si el país continúa sin salvaguardar sus propios ecosistemas marinos, no sólo tendrá consecuencias devastadoras para especies como mantarrayas, pero privará a su propia gente de medios de vida sostenibles.
En una nota ambiental más positiva, la Armada, la Guardia Costera y los voluntarios de Sri Lanka rescataron recientemente a 120 calderones de aleta corta varados en el varamiento masivo más grande jamás visto en el país.
El incidente ocurrió la tarde del 2 de noviembre en Panadura, cerca de Colombo, en la costa suroeste, pero al amanecer de la mañana siguiente, el grupo de trabajo improvisado había logrado regresar a todas las ballenas al mar, con la ayuda de una pequeña patrulla naval costera. artesanía.
Sólo se sabe que dos calderones murieron como resultado de las heridas sufridas durante el varamiento, cuya causa se desconoce.