Un buzo británico murió en el primer incidente de ataque de tiburón registrado en Sydney, Australia, en casi 60 años.
Simon Nellist, de 35 años, un expatriado radicado en la ciudad, no practicaba buceo en ese momento, pero había estado nadando en la superficie con regularidad en un lugar costero mientras se entrenaba para un evento benéfico. Como instructor calificado, se entiende que estuvo relacionado con el club Scubathlon de Sydney.
El incidente mortal se produjo cerca de las rocas, pero a unos 150 metros de una playa en Little Bay, en el sureste de la ciudad, alrededor de las 4.30 horas de ayer (16 de febrero).
Nellist fue atacado por lo que los expertos sospechan, según las declaraciones de los testigos, que fue un gran tiburón blanco, cuyo tamaño se estima en al menos 3 metros de largo. Se dijo que lanzó un ataque vertical, causando heridas catastróficas.
Los restos del nadador y partes de su traje de neopreno fueron recuperados del agua unas dos horas después del ataque, mientras los servicios de emergencia realizaban una búsqueda del tiburón utilizando drones, un helicóptero y motos de agua.
Las playas al este y sur de Sydney estuvieron cerradas hasta el viernes. Las aguas de la ciudad han estado protegidas durante mucho tiempo por una red de redes para tiburones, y después del ataque se colocaron líneas de tambor con cebo en un intento por atrapar al tiburón que había evadido el cordón.
Nellist no creía en tales precauciones; en agosto pasado había publicado en su página de Facebook: “Las redes para tiburones y los tambores no protegen a nadie y matan todo tipo de vida marina cada año. Tienen que irse para que estas cosas no pasen.."
Anualmente se registran alrededor de 20 ataques de tiburones en Australia, principalmente en Nueva Gales del Sur y Australia Occidental. Dos de ellos fueron fatales el año pasado y siete en 2020.
Aunque actualmente es el invierno australiano, las temperaturas del mar son inusualmente altas, de hasta 26°C, lo que atrae peces como cebo que podrían haber alentado a un tiburón a acercarse a la costa de lo habitual. Dado que se cree que la mayoría de los ataques a humanos son casos de identidad equivocada, un escenario probable sería que el culpable confundiera a Nellist con una foca vulnerable en la superficie.