Como si la Gran Barrera de Coral de Australia no hubiera sido suficientemente afectada por los efectos del cambio climático en forma de blanqueamientos y daños por tormentas, el último desafío que enfrenta proviene de una gigantesca columna de escorrentía contaminada del continente.
Esta inundación de agua fangosa y contaminada, causada por lluvias sostenidas superiores a la media que elevan el nivel de los ríos, se ha extendido a lo largo de toda la costa del noreste de Queensland, desde las islas Whitsunday hasta Cabo Tribulación. Las vistas aéreas del evento han sido capturadas en notables imágenes satelitales de la NASA.
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Se dice que el mayor río responsable, el Burdekin, tiene una cuenca del tamaño de Inglaterra.
El agua turbia ha llegado hasta 40 millas sobre el arrecife, bloqueando la luz del sol y asfixiando a los corales con sedimentos que incluyen contaminantes.
Sin embargo, según los científicos, este evento tiene una ventaja: el agua fría del río y las nubes sedimentarias que bloquean la luz solar podrían al menos ayudar a prevenir el sobrecalentamiento del mar a corto plazo.