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Las excreciones pegajosas de las bacterias oceánicas unen las partículas de plástico para formar masas más grandes, según una investigación de la Universidad Heriot-Watt de Edimburgo.
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Las bacterias se encuentran en todos los ambientes marinos y de agua dulce, pero sólo recientemente los científicos han descubierto el efecto que los biopolímeros que excretan tienen sobre los nano y microplásticos que ahora se encuentran en aguas de todo el mundo.
Los investigadores llevaron a cabo experimentos de laboratorio utilizando agua recolectada del canal Feroe-Shetland y del Firth of Forth, incubando partículas de plástico en condiciones diseñadas para simular la superficie del océano.
Informaron que los plásticos tardaron sólo unos minutos en agruparse con bacterias, algas y otras partículas orgánicas, y se sorprendieron al descubrir que eran grandes masas de biopolímeros las que formaban la mayor parte de estos aglomerados plásticos.
Cuando los biopolímeros envolvieron las partículas nanoplásticas, que son entre 100 y 200 veces más pequeñas que una célula bacteriana, los aglomerados resultantes se volvieron visibles a simple vista, lo que, según los investigadores, hace que los pequeños animales marinos sean más propensos a considerarlos como alimento.
Los hallazgos surgieron de un proyecto de £1.1 millones financiado por el Consejo de Investigación del Medio Ambiente Natural (NERC) llamado RealRiskNano, en el que también participan investigadores de la Universidad de Plymouth.
"Los aglomerados se forman en algo similar a la nieve marina, la lluvia de detritos orgánicos que transporta carbono y nutrientes desde la superficie al fondo del océano y alimenta los ecosistemas de aguas profundas", dijo el ecólogo microbiano Dr. Tony Gutiérrez de Heriot-Watt, quien dirigió el estudio. estudiar.
"Será interesante comprender si los plásticos a nanoescala y microescala de diferentes densidades podrían afectar el flujo de alimentos desde los tramos superiores a los inferiores del océano".
Los plásticos más pesados podrían hacer que la nieve caiga más rápidamente al fondo del mar, mientras que podría ocurrir lo contrario si las formas más ligeras de plástico se volvieran más flotantes, matando de hambre a los ecosistemas de las profundidades marinas.
Sin embargo, los científicos no creen que su descubrimiento sea necesariamente una mala noticia.
"El descubrimiento y la caracterización de aglomerados de nano y microplásticos aumentan nuestra comprensión de cómo se comportan estas partículas en el medio ambiente y cómo interactúan con los organismos marinos", afirmó el profesor Ted Henry, líder del proyecto RealRiskNano.
“Los aglomerados son mucho más complejos que simples trozos de plástico. Investigaciones como esta están comenzando a llenar los vacíos en el conocimiento de los científicos, pero necesitamos más evidencia para priorizar y gestionar la contaminación plástica de manera efectiva”.
La investigación se publica en el Marine Pollution Bulletin.