NOTICIAS DE BUCEO
Dado que los buzos informaron haber visto 20 o más peces león en una sola inmersión alrededor de Chipre, los conservacionistas marinos han llevado a cabo la primera serie organizada de sacrificios en las aguas costeras de la isla del Mediterráneo oriental.
Mira lo que sucede si te pinchan las púas de un pez león venenoso e invasor.
El pez león, originario de los océanos Índico y Pacífico, fue registrado por primera vez frente a Chipre hace unos cinco años. Llegaron cuando las aguas del Mediterráneo se calentaron y la ampliación del Canal de Suez facilitó su ruta desde el Mar Rojo.
Su número ha aumentado rápidamente, porque con sus espinas venenosas no hay otra especie que los deprede, y cada pez león hembra puede producir hasta dos millones de huevos al año.
Los peces león jóvenes maduran rápidamente y consumen peces y crustáceos nativos a medida que colonizan los sistemas de arrecifes. La especie está ahora identificada como la más ecológicamente dañina del Mediterráneo.
Desde septiembre de 2017, científicos de la Universidad de Plymouth en el Reino Unido trabajan con organismos de Chipre como el Marine & Environmental Research Lab en un proyecto de cuatro años llamado RelionMed, financiado con 1.68 millones de euros del programa LIFE de la UE.
Los sacrificios, combinados con encuestas para evaluar las actitudes del público hacia el pez león, forman parte de este proyecto.
"Hay partes del mundo donde el pez león forma parte del ecosistema natural", dice el biólogo marino profesor Jason Hall-Spencer de la Universidad de Plymouth.
“Hasta hace poco, el Mediterráneo no estaba lo suficientemente cálido como para que pudieran invadirlo, pero ahora sí lo está y el pez león está colonizando cada vez más estas aguas, trayendo consigo una grave amenaza de destrucción de su hábitat y extinción de especies.
“A menos que actuemos ahora, podría haber daños ambientales y económicos duraderos. Las comunidades costeras dependen de estas aguas para la pesca y el turismo, por lo que los cambios tienen efectos en cadena. El sacrificio de estas especies invasoras es la única forma eficaz de reducir su número y garantizar que las áreas marinas protegidas sigan regenerándose”.