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Nueva ballena en el Golfo de México
Ballena de Rice en el Golfo de México. (Imagen: Pesquerías NOAA)
Una ballena barbada de 11.5 metros que quedó varada en el Parque Nacional Everglades de Florida hace dos años resultó ser una especie previamente no reconocida por la ciencia. Apodada ballena de Rice, la nueva especie ya ha sido clasificada como En Peligro Crítico.
El macho adulto con bajo peso apareció en Sandy Key en 2019 y una necropsia mostró que había tragado plásticos. Originalmente se supuso que era una subespecie de lo que se pensaba que eran las ballenas de Bryde en el Golfo de México, pero un examen posterior indica que se trata de una raza separada.
Los restos de la ballena fueron enterrados, pero luego desenterrados unos meses más tarde por un equipo del Museo Nacional Smithsonian de Historia Natural, que transportó el esqueleto a Washington DC.
Allí, la Dra. Patty Rosel, científica pesquera de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), autora principal de un estudio recién publicado en Marine Mammal Science, trabajó con los científicos y coautores de la NOAA Lynsey Wilcox y el Dr. Keith Mullin para estudiar los restos.
A partir del análisis del cráneo pudieron identificar características distintivas, mientras que un análisis separado de los datos genéticos de la ballena proporcionó una segunda línea de evidencia.
Se calcula que hay menos de 100 ballenas de Rice en el planeta y la especie está protegida. Fue nombrado Balaenoptera ricei en honor al biólogo estadounidense Dale Rice, el primer investigador que reconoció lo que entonces se consideraba una subespecie de ballena de Bryde en el Golfo de México.
7 de febrero de 2021
Las ballenas de Rice pesan hasta 27 toneladas y crecen hasta 13 m de largo; las ballenas de Bryde son más ligeras, pesan hasta 25 toneladas pero tienen una longitud máxima de 15 m.
Se sabe poco sobre su esperanza de vida, aunque especies estrechamente relacionadas alcanzan la madurez sexual a los 9 años y viven unos 60 años. Las principales amenazas son los choques con barcos, el ruido del océano, la exploración y producción de energía, los derrames de petróleo, los enredos de los aparejos de pesca y los desechos oceánicos.
**** MIENTRAS TANTO, frente a la costa del Pacífico de América del Sur, un extenso estudio de seguimiento por satélite ha revelado un patrón de ballenas azules zigzagueando constantemente para evitar hasta 1000 barcos que pasan diariamente por sus zonas de alimentación en la región de la Patagonia norte de Chile.
Ballenas azules (Balaenoptera musculus), el animal más grande de la Tierra, emerge a la superficie para alimentarse de krill, lo que los hace vulnerables a los ataques de barcos. "En la mayoría de los países, los casos no declarados, el seguimiento limitado y los incidentes insuficientemente documentados han impedido cualquier evaluación precisa de la verdadera prevalencia de colisiones", escriben investigadores de Chile, Argentina y Estados Unidos, cuyo estudio acaba de publicarse en Science Reports.
Las aguas costeras de Chile son el principal lugar de alimentación y cría en verano para la población de ballenas azules del Pacífico Sur oriental, que asciende a sólo unos pocos cientos. También cuentan con una de las industrias de cultivo de salmón más grandes del mundo, fuente de hasta el 83% del tráfico.
El equipo etiquetó y rastreó a 15 ballenas azules en el estudio, y ahora está pidiendo legislación para desviar el intenso tráfico marítimo estacionalmente o introducir límites de velocidad, lo que podría reducir los peligros tanto de los choques con barcos como de la exposición al ruido de las ballenas.