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Lily en el lado positivo
"Durante el año pasado, mi personal me ha estado susurrando que necesitábamos separarnos de nuestra fiel RIB... era hora de un barco nuevo y fresco con más opciones y posibilidades".
Así nos lo contó Jason Fabri, del centro de buceo maltés Watercolours en Sliema, en un entretenido relato del proceso de fabricación de barcos, que por razones de espacio debemos condensar aquí.
El nuevo barco, Lily, es un trimarán y fue construido en España. El equipo de buceo quería una cabina de proa para brindar un amplio espacio en la cubierta y fue muy específico en todo, desde la altura de las cornamusas hasta el tipo de escalera de buceo, todo lo cual fue hecho a medida.
Lily Puede transportar a 12 buceadores y visitar sitios de buceo más remotos gracias a su tanque de gasolina de 440 litros. Una capota, un inodoro y una ducha permiten realizar cómodas excursiones de un día a Comino y Gozo, con un par de motores fueraborda Yamaha de 150 CV instalados para ofrecer fiabilidad y maniobrabilidad.
10 de diciembre 2020
poco después LilyLa llegada del Covid-19 golpeó, pero el nuevo caballo de batalla está "resultando ser exactamente lo que necesitábamos para inyectar energía en la oscuridad que está ahogando a tantas personas y empresas", dice Fabri, admirablemente positivo.
Cuando llegue el momento de probar el barco de buceo, un pack de Acuarelas de 10 inmersiones cuesta 315 euros.