El minúsculo número de ataques de tiburones que ocurren en todo el mundo ha disminuido por cuarto año consecutivo, tal vez porque las posibilidades de encontrar un tiburón son cada vez más remotas.
Cada ataque de tiburón atrae publicidad mundial, pero las estadísticas muestran que es mucho más probable que te mate un coco que cae que un tiburón. Los buceadores tienden a estar muy interesados en encontrarse con tiburones, pero el número cada vez menor de ataques podría indicar que los encuentros con tiburones son cada vez más escasos ya que muchas poblaciones de tiburones están siendo pescadas hasta casi extinguirse.
Los ataques de tiburones no provocados en todo el mundo estaban aumentando
79 en 2000,
68 en 2001,
63 en 2002, y cayó a
55 en 2003.
Los ataques de tiburones con resultado de muerte representan una pequeña proporción de estos ataques: 11 muertes en 2000, 4 en 2001, 3 en 2002 y 4 en 2003.
Considerando los muchos millones de personas que entran al mar en el transcurso de un año, estas cifras son minúsculas. Las estadísticas de Australia –un país ampliamente asociado con el peligro de ataques de tiburones– muestran que las personas que están en el agua tienen muchas más probabilidades de morir ahogadas; Cada año se ahogan una media de 300 personas y hay que rescatar a otras 11,500. Los tiburones causan una media de una muerte al año en Australia.
Florida, EE.UU., sufre regularmente el mayor número de ataques de tiburones en todo el mundo, aunque muy pocos resultan fatales. Florida está en el lado oriental del Golfo de México, y un informe reciente sobre el número de tiburones oceánicos de punta blanca en el Golfo de México concluyó que su número se ha reducido en un 99% desde la década de 1950.
El informe fue elaborado por los profesores Julia K Baum y Ransom A Myers y financiado por el Programa Pew Fellows en Conservación Marina de la Universidad de Miami.
Las puntas blancas oceánicas eran uno de los tiburones tropicales más comunes, pero según Baum y Myers su número ha sido diezmado por la pesca. El estudio también encontró que el número de tiburones sedosos se redujo en un 90 por ciento y el de tiburones mako en un 79 por ciento.
Myers también apareció en los titulares en mayo pasado con un informe sobre la disminución mundial de los grandes peces depredadores, incluidos los tiburones.
Un portavoz de la Asociación de Pescadores de Blue Water cuestionó los métodos de los científicos y descartó el informe calificándolo de "especulación aleatoria", mientras que un especialista en gestión pesquera del Servicio Nacional de Pesca Marina criticó el informe por considerarlo engañoso.
Pero mientras los funcionarios discuten sobre el grado exacto de disminución de la población de tiburones, nadie cuestiona que hay menos tiburones por ahí. Y eso significa menos tiburones con quienes bucear.