NOTICIAS DE BUCEO
Máquina Enigma de red de buzos fantasma
Foto: Christian Howe, Submaris.
Los buzos alemanes que trabajaban para limpiar los aparejos de pesca fantasma en el Mar Báltico pensaron que se habían topado con una máquina de escribir enredada en una red. Tras una inspección más cercana, se dieron cuenta de que habían encontrado una rara máquina de cifrado Enigma de la Segunda Guerra Mundial.
La historia de cómo los criptógrafos británicos en Bletchley Park descifraron los códigos Enigma utilizados en las comunicaciones militares nazis es bien conocida, y se cree que la máquina fue desechada durante un hundimiento masivo de submarinos alemanes cerca del final de la guerra hace 75 años.
Los buzos trabajaban para Submaris, una organización de buceo científico con sede en Kiel, en una comisión a largo plazo para la organización benéfica internacional de vida silvestre WWF para limpiar redes fantasma en la bahía Geltinger, cerca de la frontera de Alemania con Dinamarca. El arqueólogo submarino Florian Huber, que estaba buceando, se dio cuenta rápidamente de la importancia histórica de este descubrimiento casual.
En la noche del 4 al 5 de mayo de 1945, poco antes de la rendición alemana, la Armada alemana había ejecutado su "Orden Arco Iris", mediante la cual las tripulaciones de unos 50 submarinos hundieron sus buques en lugar de entregarlos a las fuerzas aliadas.
De esta forma se hundieron en total más de 200 submarinos que operaban en los mares del Norte y Báltico, junto con sus máquinas Enigma. Aunque se fabricaron varios cientos de miles de estos dispositivos, se sabe que sólo unos pocos cientos sobrevivieron a la guerra y hoy en día pueden alcanzar precios elevados.
4 de diciembre 2020
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El ingeniero alemán Arthur Scherbius inventó las máquinas Enigma, que se utilizaban para cifrar la mayoría de los mensajes de radio transmitidos desde la Wehrmacht y la Armada alemanas y para descifrarlos al recibirlos.
El desciframiento del código por parte del equipo del matemático británico Alan Turing en Bletchley en 1941 se mantuvo en secreto celosamente guardado, lo que dio a los aliados una ventaja vital en la Batalla del Atlántico. En el momento álgido de la operación se decodificaban diariamente unos 3000 mensajes alemanes.
El aparato se encuentra actualmente en el taller de restauración del Museo de Arqueología del castillo de Gottorf en Schleswig. Declarado hallazgo arqueológico, ahora es propiedad del estado federado de Schleswig-Holstein.
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