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La víctima mortal se había quejado de un mal funcionamiento del kit.
Foto: Reinhard Link.
Detectives estadounidenses están investigando un incidente en el que murió un buzo en el Golfo de México la mañana del sábado 9 de marzo.
Kimberly Houtz, de 54 años, buceaba en pecios con su compañero Jay Bryant desde el barco pesquero de 8 metros. Down Under, a unas 13 millas al oeste de San Petersburgo, Florida. En ese momento se encontraban a bordo del barco el capitán y otros dos pasajeros.
La Oficina del Sheriff del condado de Pinellas informó que fue alertada alrededor de las 10.15. El barco se había detenido para que la pareja pudiera bucear en un popular pecio a una profundidad de unos 9 metros, pero, según testigos, Houtz se había quejado de un mal funcionamiento de su equipo de buceo antes de entrar al agua.
11 de marzo de 2019
Se informó que ella y Bryant estuvieron sumergidos durante menos de cinco minutos cuando ella salió a la superficie del agua en lo que se describió como evidente angustia. La ayudaron a subir al barco, donde se quejó de náuseas, dolor abdominal y dificultades para respirar.
El barco comenzó a regresar a la costa, pero cuando Houtz perdió el conocimiento, se dio la alarma y los ocupantes comenzaron a administrarle reanimación cardiopulmonar.
Un barco de búsqueda y rescate se encontró con el Down Under aproximadamente a una milla de la costa, y un paramédico subió a bordo para tratar a Houtz con un desfibrilador y oxígeno. Fue llevada al hospital, pero declarada muerta a las 3.15 horas.
Los detectives dijeron que la muerte de Houtz parecía ser accidental, pero se inició una investigación y la oficina del médico forense llevó a cabo una autopsia para establecer la causa de la muerte.