NOTICIAS DE BUCEO
Una buceadora murió en popular lugar del naufragio el arrecife Manacles en la península Lizard, al sur de Cornualles, el 28 de agosto. Fue recuperada en el barco de buceo después de tener dificultades en su inmersión.
El bote salvavidas RNLI de Falmouth y el equipo de rescate de la guardia costera respondieron cuando el capitán del barco hizo una llamada de emergencia a las 12.45:50 p.m. La mujer, de unos XNUMX años y de Oxfordshire, fue trasladada en avión al Royal Cornwall Hospital de Truro por el helicóptero de la Guardia Costera desde Newquay, pero luego fue declarada muerta.
Su muerte fue tratada como “inexplicable” y se está preparando un informe forense.
En una mala semana para las muertes relacionadas con el buceo en Europa, el mismo día dos buzos sicilianos desaparecieron frente a Palermo, en el lugar de un naufragio a 70 metros de profundidad, que se cree que es el del vapor de carga italiano. Loreto, hundido por un submarino británico en 1942.
Se cree que uno de los hombres, llamado Antonio Aloiso, hizo un ascenso rápido y su cuerpo fue recuperado el mismo día. El del otro, Giuseppe Migliore, no fue encontrado por los buzos de los bomberos hasta dos días después, el 30 de agosto, en el fondo del mar, a unos 15 metros de los restos del naufragio.
Mientras tanto, en el Egeo, el 24 de agosto, dos buzos, supuestamente un checo de 65 años y un iraní de 30, murieron en una cueva submarina de 45 a 50 m de profundidad frente a la isla griega de Karpathos.
Se habían sumergido en un grupo de tres, pero el tercer buceador, también checo, se quedó sin gasolina y regresó a la superficie. Dio la alarma cuando sus amigos no lo siguieron. No habían estado utilizando una línea de seguridad y dijo que las condiciones del mar eran malas y la visibilidad era nula.
Los buzos de la Guardia Costera encontraron los dos cuerpos la tarde siguiente a unos 15 metros de la entrada de la cueva y los recuperaron para realizar un examen post mortem.
Según se informa, la cueva es conocida por sus fuertes corrientes y su mala visibilidad. Al igual que con las otras cuatro muertes, no está claro qué equipo utilizaban los buzos ni su nivel de experiencia.