Sólo un tercio de las Áreas Marinas Protegidas (AMP) del mundo son capaces de ofrecer una protección real a escala global, aunque se supone que deben garantizar la conservación a largo plazo de los ecosistemas marinos y los servicios que brindan a las sociedades humanas.
Ésta es la sombría conclusión de un nuevo estudio realizado por un equipo de científicos de Estados Unidos, Francia y Portugal. Analizaron las 100 AMP más grandes del mundo, que según ellos representan en conjunto el 90% del área total cubierta, y descubrieron que una cuarta parte de la superficie supuestamente protegida no estaba regulada ni gestionada.
Más de un tercio de las AMP permitían actividades industriales como la pesca comercial a gran escala, a pesar de que la práctica no sólo era incompatible sino que se consideraba la principal causa de la pérdida de biodiversidad oceánica.
El estudio también señala que las grandes AMP existen desproporcionadamente en áreas remotas y en los territorios de ultramar de ciertas naciones, en detrimento de hábitats y especies importantes ubicados en regiones oceánicas fuertemente afectadas por las actividades humanas.
Protección sobreestimada
La investigación se llevó a cabo para el Guía de AMP, un marco creado en 2021 para lograr objetivos globales para el océano. Según el equipo, la guía ha establecido un vínculo entre la evidencia científica y los resultados de la conservación, y un medio para categorizar las AMP y su utilidad.
Los métodos actuales de evaluación y seguimiento sobrestiman la cantidad de protección proporcionada por las AMP en detrimento de la calidad, dice el equipo de investigación, que ahora pide una aplicación más estricta de las directrices de las AMP para garantizar que todas cumplan con los estándares internacionales.
Si bien la implementación de AMP es una herramienta clave para lograr el objetivo de las Naciones Unidas de proteger al menos el 30% de los océanos para 2030, los científicos proponen que ya no se tenga en cuenta ninguna zona con un nivel de protección desconocido o insuficiente; que las AMP deberían ampliarse para cubrir todos los ecosistemas marinos; y que se debe ratificar el tratado internacional de 2023 sobre la protección de alta mar para incluir solo aquellas AMP que ofrezcan un alto nivel de protección.
El estudio es publicado este mes en la revista Cartas de Conservación.
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