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El cambio de color permite que las estrellas frágiles vean
Estrella quebradiza roja Ophiocoma wendtii. (Foto: Lauren Sumner-Rooney)
Las estrellas de mar no tienen ojos, pero se ha demostrado por primera vez que una especie puede ver, gracias a su capacidad de cambiar de color del día a la noche. Es sólo el segundo ejemplo conocido de visión en cualquier animal sin ojos.
Un equipo internacional dirigido por Lauren Sumner-Rooney del Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford ha establecido que la estrella quebradiza roja Ofiocoma wendtii es capaz de orientarse entre los arrecifes de coral del Caribe.
Se sabía que la especie, que cambia de color de rojo brillante durante el día a beige durante la noche, estaba cubierta de células sensibles a la luz y parecía reacia a la luz.
Los investigadores realizaron cientos de experimentos de comportamiento en las estrellas frágiles para demostrar que durante el día su forma tosca de visión les permitía distinguir áreas de contraste de luz. Esto les permitió trasladarse a áreas que creían que les proporcionarían una mejor protección contra los depredadores.
Sin embargo, el equipo se sorprendió al descubrir que las respuestas desaparecían por la noche, a pesar de que las células sensibles a la luz todavía parecían activas.
Rastrearon esto hasta el cambio de color día/noche. Una estrella más pálida y quebradiza, Ofiocoma pumila, que también estaba cubierto de sensores de luz, no cambiaba de color por la noche y parecía incapaz de ver.
4 de enero de 2020
Usar digital En modelos de células sensibles a la luz de ambas especies, los científicos demostraron que durante el día el pigmento en oh wendtii la luz restringida llega a los sensores en un ángulo estrecho. Sin este pigmento, como en Oh pumila o por la noche en oh wendtii, la luz podría llegar a los sensores desde un ángulo mucho más amplio, imposibilitando la visión.
Los científicos ahora probarán si una sola especie de erizo de mar (el único otro animal conocido que ve sin ojos) también cambia de color en respuesta a los niveles de luz.
También participaron en el estudio el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales de Panamá, el Museo de Naturaleza de Berlín, la Universidad de Lund y el Instituto de Tecnología de Georgia.
El estudio se publica en la revista Current Biology.