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Pruebas de bombas revelan la edad de los tiburones ballena
Imagen: NOAA.
Las edades que alcanzan los tiburones ballena, el pez más grande del mundo, siempre han sido un misterio, hasta que un equipo internacional de científicos ideó una forma de estimarlas basándose en las pruebas de bombas nucleares de los años 1950 y 60.
El estudio, dirigido por Joyce Ong de la Universidad de Rutgers en Estados Unidos, acaba de publicarse y explica cómo la datación por radiocarbono proporciona un método preciso para evaluar la longevidad de Rhincodon typus.
Los tiburones ballena pueden pesar hasta 36 toneladas y se sabe que crecen hasta 20 m, aunque lo más típico es 12 m. Como todos los tiburones y rayas, carecen de los otolitos o estructuras óseas que los científicos utilizan para evaluar la edad de otros peces.
Las vértebras del tiburón ballena presentan bandas distintas que se sabe que aumentan con la edad, pero los científicos han discrepado durante mucho tiempo sobre su significado, algunos argumentan que se forman nuevos anillos anualmente, otros que se forman dos cada año.
El equipo de investigación de Ong examinó el legado radiactivo de la carrera armamentista nuclear de la Guerra Fría durante la cual Estados Unidos, la URSS, el Reino Unido, Francia y China probaron armas en la atmósfera. Esto duplicó temporalmente los niveles de carbono-14, el elemento radiactivo natural que los arqueólogos suelen utilizar para fechar huesos y artefactos antiguos.
Las consecuencias de esas explosiones saturaron el aire y los océanos, y el carbono 14 se movió gradualmente a través de las redes tróficas y aún persiste en la actualidad. Cuando el equipo probó los niveles de carbono 14 en los anillos de crecimiento de tiburones ballena muertos almacenados en Taiwán y Pakistán, descubrieron que permitían evaluar sus edades con precisión.
Se estimó que uno tenía 50 años cuando murió, lo que lo convierte en el más antiguo conocido, y se informó que el otro tenía 35.
"Las estimaciones precisas de la longevidad, el crecimiento y la mortalidad informarán mejor los esfuerzos de gestión y conservación de los tiburones ballena", dijo Ong.
“La longevidad prolongada, las lentas tasas de crecimiento, la madurez tardía y la conectividad global de esta especie indican una alta susceptibilidad a la muerte causada por impactos humanos, como los choques con barcos. Por lo tanto, este conocimiento puede ayudar a los administradores de la conservación a ajustar sus estrategias para que sean más efectivas”.
7 de abril de 2020
Los próximos pasos incluyen buscar las vértebras de los tiburones varados y estudiar más tiburones ballena grandes y viejos, dijo. Esto permitiría perfeccionar los modelos de crecimiento y aumentar la precisión de las estimaciones de crecimiento y mortalidad natural.
En el estudio también participaron científicos de la Universidad de Islandia, el Instituto Australiano de Ciencias Marinas, la Universidad Rey Fahd de Petróleo y Minerales en Arabia Saudita y el nodo de Pakistán de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. que se publica en Frontiers in Marine Science.
