Las focas pueden experimentar pérdida de audición como resultado del ruido de los barcos bajo el agua, según una nueva investigación de la Universidad de St Andrews.
El estudio, dirigido por la ecologista Dra. Esther Jones, ha descubierto que los niveles de ruido en las rutas marítimas del Reino Unido pueden afectar la forma en que las focas y otros mamíferos marinos, como los delfines y las ballenas, encuentran alimento y se comunican entre sí.
"Al igual que los humanos que viven en ciudades ruidosas y concurridas, algunas focas viven en áreas donde hay mucho tráfico marítimo y ruido asociado", dijo el Dr. Jones, que trabaja en el Centro de Investigación sobre Modelado Ecológico y Ambiental (CREEM) de la universidad.
"El Reino Unido tiene algunas de las rutas marítimas más transitadas del mundo y el ruido submarino ha aumentado en los últimos 30 años".
El equipo de St Andrews trazó un mapa del riesgo de exposición a este ruido para las focas grises y comunes en todo el Reino Unido, y descubrió que el nivel era alto en 11 de las 25 Áreas Especiales de Conservación (ZEC) asociadas con las focas, en particular para las poblaciones en disminución de focas comunes. .
"El riesgo de exposición fue mayor dentro de los 50 kilómetros de la costa, y cualquier impacto tendrá el mayor efecto en las focas comunes, ya que generalmente permanecen cerca de la tierra", dijo el Dr. Jones.
Utilizando modelos acústicos predictivos, el equipo observó 28 animales expuestos al ruido submarino generado por embarcaciones en Moray Firth, en el noreste de Escocia.
Para 20 de los animales, los niveles de ruido previstos fueron lo suficientemente altos como para causar pérdida auditiva temporal, aunque no hubo evidencia de riesgo de daño permanente. Las predicciones se compararon con mediciones de grabadoras de sonido para verificar su precisión.
Actualmente se están utilizando etiquetas de sonido y movimiento de alta resolución para investigar la exposición total al ruido de focas individuales y su comportamiento posterior.
El Dr. Jones ha sugerido que el ruido oceánico crónico “debería incorporarse explícitamente en la planificación espacial marina y en los planes de gestión de las Áreas Marinas Protegidas existentes”.
El estudio, Sellos y envío: cuantificación del riesgo de la población y la exposición individual al ruido de los buques, se publica en el Journal of Applied Ecology. esta página
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07-May-17