El número de “zonas muertas”, áreas de agua en mar abierto que no contienen oxígeno, se ha más que cuadriplicado en los últimos 50 años, según un informe que acaba de publicar el Centro Smithsonian de Investigación Ambiental en Ciencias, con sede en Estados Unidos.
En las aguas costeras, los sitios con bajo contenido de oxígeno se han multiplicado por más de 10 desde 1950, y los científicos dicen que esperan que el contenido de oxígeno siga disminuyendo dentro y fuera de estas zonas a medida que la Tierra se calienta.
Según el informe, la disminución sólo puede detenerse frenando tanto el cambio climático como la contaminación por nutrientes.
"El oxígeno es fundamental para la vida en los océanos", afirma la ecóloga marina Denise Breitburg, autora principal del estudio. "La disminución del oxígeno de los océanos se encuentra entre los efectos más graves de las actividades humanas en el medio ambiente de la Tierra".
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Los científicos trabajan para GO2NE (Global Ocean Oxygen Network), creada en 2016 por la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la ONU. Se dice que su informe es el primero en analizar de manera tan amplia los peligros que representan para los océanos, que contienen la mitad del oxígeno del mundo.
En zonas muertas como el Golfo de México, los niveles de oxígeno han disminuido hasta el punto en que la vida marina se asfixia y muere.
A medida que los peces evitan esas zonas, sus hábitats se reducen y se vuelven más vulnerables a los depredadores o a la pesca. Algunos animales pueden prosperar en zonas muertas, pero la biodiversidad general disminuye.
Cuando se producen pequeñas disminuciones en el contenido de oxígeno, el crecimiento de los animales puede verse atrofiado, su reproducción obstaculizada y puede producirse enfermedad o muerte, dicen los autores.
La falta de oxígeno también puede provocar la liberación de sustancias químicas peligrosas como el óxido nitroso, un gas de efecto invernadero hasta 300 veces más potente que el dióxido de carbono, y el tóxico sulfuro de hidrógeno.
El calentamiento de las aguas superficiales está dificultando que el oxígeno llegue al interior del océano y se mantenga allí.
En las aguas costeras, el exceso de contaminación por nutrientes procedentes de la tierra crea proliferación de algas que drenan el oxígeno a medida que mueren y se descomponen.
El informe también señala que cuando el agua se calienta, los animales necesitan más oxígeno y que los arrecifes de coral pueden consumirse sin suficiente gas vital.
El informe pide un enfoque triple para abordar el problema: abordar el cambio climático y la contaminación por nutrientes mediante la reducción de las emisiones de combustibles fósiles y mejores sistemas sépticos y sanitarios; proteger la vida marina vulnerable mediante la creación de más áreas o especies marinas protegidas; y mejorar el seguimiento de niveles bajos de oxígeno en todo el mundo, para que sea posible predecir dónde se producirán futuras zonas muertas o con niveles bajos de oxígeno.
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