MEDICA DAN
Para cualquier persona con mayor riesgo de sufrir convulsiones, aventurarse bajo el agua puede parecer una temeridad, pero existen ciertas circunstancias bajo las cuales bucear puede ser posible. El Dr. Louis van Heerden nos explica el pensamiento científico más reciente
BUCEADORES QUE TIENEN EPILEPSIA Hay que tener en cuenta todos los factores de su estado antes de sumergirse en el agua, porque un ataque mientras bucea puede tener graves implicaciones para ellos.
Los términos "epilepsia" y "crisis" (o convulsiones) tienden a usarse indistintamente. Las convulsiones son manifestaciones paroxísticas (impredecibles e incontrolables) de las propiedades eléctricas de la corteza cerebral.
Dicho de otra manera, son la descarga eléctrica involuntaria y descontrolada de la actividad neuronal de una parte o de la totalidad del cerebro.
La epilepsia es una afección médica con convulsiones recurrentes no provocadas. La clasificación y manifestaciones dependerán del área del cerebro que esté involucrada.
¿QUÉ PUEDE APORTAR?
Puede resultar bastante sorprendente saber que las convulsiones son una manifestación muy común e inespecífica de lesiones y enfermedades neurológicas.
Tal como lo entendemos, la función principal del cerebro es transmitir impulsos eléctricos. Investigaciones recientes han sugerido que la probabilidad de experimentar al menos un ataque epiléptico en la vida es de alrededor del 9%, y que la probabilidad de recibir un diagnóstico de epilepsia en la vida es de aproximadamente el 3%. Sin embargo, la prevalencia de la epilepsia activa es sólo de alrededor del 0.8%.
Las crisis epilépticas pueden tener muchas causas, incluida una predisposición genética, un traumatismo craneoencefálico, un derrame cerebral, tumores cerebrales y abstinencia de alcohol y/o drogas.
Parece que ciertas condiciones pueden reducir el umbral de ataques epilépticos, y la exposición al agua ciertamente cuenta como la más importante cuando incluimos la inmersión en la ecuación.
La privación sensorial, la hiperventilación, la narcosis por nitrógeno, la acidosis (por retención de dióxido de carbono), la ansiedad y la hipoxia (por cualquier motivo) pueden contribuir a reducir el umbral de las convulsiones en circunstancias normales. Todo esto puede ocurrir más fácilmente en profundidad.
Otros factores incluyen fatiga, estrés psicológico, abuso de sustancias, luces parpadeantes, enfermedades y ciertas deficiencias de nutrientes. La combinación de incluso uno solo de estos factores con la exposición al agua pone a una persona epiléptica en mayor riesgo al bucear.
En primer lugar, aumenta el riesgo de sufrir un ataque bajo el agua. En segundo lugar, aumenta la casi inevitabilidad de un desenlace fatal en forma de ahogamiento.
¿CÓMO FUNCIONA?
Echemos un vistazo más de cerca a la anatomía (estructura) y fisiología (funcionamiento) de la epilepsia. En términos generales, se puede clasificar como convulsiones focales, en las que la descarga eléctrica de las neuronas (células cerebrales) afecta sólo a una parte o área específica del cerebro, o como convulsiones generalizadas, en las que está involucrado todo el cerebro.
El área estructural del cerebro que está involucrada, en parte o en su totalidad, se llama corteza cerebral. Anatómicamente, esto constituye el área de superficie del cerebro (el cerebro “grande”).
El “pico epileptiforme interictal focal” u onda aguda es el sello neurofisiológico clínico de las convulsiones de inicio focal. La correlación neurofisiológica celular con esto se denomina cambio de despolarización paroxística (PDS).
Este proceso implica la despolarización (un cambio del potencial de reposo o “corriente”) de las neuronas a través de canales de potasio dependientes de calcio. seguido de una hiperpolarización prominente.
Si hay más de varios millones de estas neuronas que descargan, los electrodos colocados en el cuero cabelludo pueden registrar la actividad eléctrica mediante un electroencefalograma (EEG).
Los mecanismos que pueden coexistir en diferentes combinaciones para causar convulsiones de inicio focal son una disminución de la inhibición o una mayor excitación de las neuronas.
Los mecanismos que conducen a una disminución de la inhibición de las neuronas son la inhibición defectuosa del ácido gamma-aminobutírico (GABA) A y B, la activación defectuosa de las neuronas GABA y la amortiguación intracelular defectuosa del calcio.
Los mecanismos que conducen a una mayor excitación de las neuronas son una mayor activación de los receptores del ácido N-metil-D-aspártico (NMDA); aumento de la sincronía entre neuronas debido a interacciones efápticas (paso de un impulso eléctrico de una neurona a la siguiente); y aumento de la sincronía y/o activación debido a colaterales excitadoras recurrentes.
Las convulsiones de inicio focalizado pueden avanzar a convulsiones generalizadas. Cada una de estas variables tomadas individualmente constituye una contraindicación para el buceo, por lo que se puede apreciar la gravedad de la situación cuando se combinan.
¿QUÉ PUEDEN HACER LOS BUCEADORES?
Si bien el riesgo no se puede cuantificar, la mayoría de los profesionales médicos siguen siendo reacios a declarar aptos para bucear a los buceadores recreativos con convulsiones no diagnosticadas o diagnósticos de epilepsia.
Esto se debe a la posibilidad de un desenlace fatal si se produce el riesgo.
Creo que una persona con epilepsia debería canalizar su energía aventurera hacia actividades en tierra que puedan ofrecerle tanta emoción y satisfacción como bucear.
Sin embargo, puede haber excepciones. Se trata de convulsiones causadas por estimulación vago (desmayos debido a una vía de salida de un nervio), hipotensión posicional (presión arterial baja), niveles bajos de azúcar en sangre, drogas recreativas y convulsiones febriles antes de los cinco años (sin convulsiones posteriores).
Los datos disponibles nos dicen que el 30% de las personas que padecen epilepsia sufrirán ataques o convulsiones a pesar de su medicación.
También nos dice que alrededor del 50% de los niños que padecen epilepsia juvenil no tendrán recurrencia en la edad adulta y no tendrán un mayor riesgo en comparación con la población general (aunque algunas autoridades sostienen que existe un mayor riesgo de menos del 1%).
Estadísticamente, las posibilidades de sufrir otra convulsión disminuyen exponencialmente con el tiempo y alcanzan un nivel de riesgo casi normal después de cinco años (lo que no tiene en cuenta el estrés añadido del buceo).
También sabemos por los datos disponibles que el 30% de los niños y el 65% de los adultos experimentarán ataques epilépticos o convulsiones en los primeros dos años después de suspender su medicación antiepiléptica.
Algunas autoridades de buceo ahora permiten que las personas con epilepsia buceen después de cinco años sin convulsiones después de suspender su medicación. Otros profesionales médicos creen que dos años sin convulsiones después de suspender la medicación puede ser un riesgo aceptable para estas personas, con las condiciones de una restricción de profundidad a 15 m, agua limpia y tibia y sin mezclas respiratorias de nitrox.
Aunque la incidencia de muerte súbita inesperada en epilepsia (SUDEP) es baja (alrededor de 2.3 veces mayor que en la población general), la mayoría de estas muertes se deben a deterioro de la conciencia.
Los buceadores que tienen epilepsia deberían decidir en última instancia. Si desean continuar buceando después de considerar toda la información proporcionada, deben aceptar el mayor riesgo, al igual que sus compañeros de buceo.
¿QUIERES UNA SEGUNDA OPINIÓN?
La seguridad al bucear siempre debe ser tu prioridad, y esto también se aplica cuando se considera una condición como la epilepsia y su medicación.
Recuerda que también eres responsable de la seguridad de quienes bucean contigo. La línea directa de DAN Europa está siempre disponible con ayuda especializada.
PREGUNTE A LOS EXPERTOS DE DAN
soy un buceador instructor y estoy en el sexto mes de embarazo. ¿Puedo hacer sesiones en aguas confinadas? La piscina tiene 1.5 m de profundidad. Después de dar a luz ¿cuánto tiempo debo esperar antes de volver a bucear?
Conocimientos recientes sugieren suspender las inmersiones en el momento en que se verifica el embarazo.
Una vez que esto sucede, desaconsejamos cualquier inmersión a una mujer embarazada, tanto porque puede ser peligroso para el feto (formación de burbujas, toxicidad de gases) como por las alteraciones fisiológicas de la madre, que pueden comprometer algunas funciones esenciales para la seguridad del buceo (peligros relacionados). (a reflujo ácido, reducción del volumen de reserva inspiratoria, problemas de ecualización provocados por el estado edematoso de las mucosas).
Le recomendamos que vuelva a bucear sólo en perfectas condiciones psicofísicas, pero no antes de las 4-6 semanas en caso de parto natural y no antes de las 6-10 semanas en caso de cesárea.
DAN Europa es una organización mundial sin fines de lucro que brinda asesoramiento y asistencia médica de emergencia para lesiones relacionadas con el buceo bajo el agua. También promueve la seguridad del buceo a través de investigación, educación, productos y servicios.
