P: En un reciente viaje de buceo toqué una esponja y no llevaba guantes. A la mañana siguiente me desperté con la mano hinchada y con picazón. No pensé que las esponjas fueran dañinas. ¿Pueden causar sarpullido?
R: La mayoría de las esponjas son inofensivas y no están asociadas con enfermedades humanas. Sin embargo, el contacto sin protección puede provocar un sarpullido con picazón que puede desarrollarse en tan solo diez minutos o hasta unas pocas horas después del contacto y que puede tardar varias semanas en resolverse. Los síntomas pueden incluir picazón, ardor, hinchazón localizada, formación de ampollas y descamación (desprendimiento de las capas externas de la piel). Las manifestaciones sistémicas raras incluyen fiebre, escalofríos, malestar general, náuseas, vómitos y mareos. Afortunadamente, la mayoría de los síntomas cutáneos son relativamente leves y similares a la dermatitis que puede seguir al contacto con otros animales marinos levemente tóxicos. Los síntomas cutáneos pueden deberse a reacciones alérgicas, inducidas por picaduras o espículas, y diferenciar entre estas posibles fuentes puede resultar difícil.
Las reacciones pueden ser el resultado del contacto con organismos que colonizaron la esponja, como otros equinodermos, cnidarios (incluidos pólipos) o gusanos de cerdas. Este tipo de reacciones se conocen como "enfermedad del buceador con esponja". Se sabe que algunas especies de esponjas provocan reacciones graves; estos incluyen la esponja de fuego hawaiana o de las Indias Occidentales (Tedania ignis) y la esponja venenosa (Neofibularia nolitangere). Los signos y síntomas de contacto son más probables en áreas de la piel con lesiones existentes, heridas abiertas o cuando se hace contacto con las espículas de sílice o carbonato de calcio incrustadas en el tejido estructural de la esponja.
Seque suavemente el área afectada y elimine cualquier material extraño. Las espículas deben eliminarse si es posible utilizando cinta adhesiva, una fina capa de cemento de caucho o productos utilizados para exfoliaciones faciales. Remoja la zona afectada con vinagre durante diez a 30 minutos, tres o cuatro veces al día. Lave la piel con agua y jabón y manténgala limpia, seca y expuesta al aire. Deje las ampollas intactas y controle si hay signos de infección. Los ungüentos con esteroides pueden resultar útiles para reducir la irritación de la piel y se puede recomendar una vacuna contra el tétanos o un refuerzo. El tratamiento médico puede incluir corticosteroides, antihistamínicos u otros medicamentos utilizados para reacciones graves.
Evite el contacto directo con las esponjas; no las manipule con las manos desnudas. Las esponjas secas pueden seguir siendo tóxicas o recuperar su toxicidad tras la rehidratación. Quienes brinden primeros auxilios deben usar guantes protectores para minimizar el riesgo de irritación de la piel por picaduras o contacto con espículas.
Este artículo fue publicado originalmente en Buzo Reino Unido #75.
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