La distribución de tipos particulares de anclas puede indicar antiguas rutas comerciales o marcar el progreso de la exploración. A veces, las anclas son el último símbolo visible que queda de un incidente en el mar, ya sea que se suelten en caso de emergencia o que marquen el último lugar de descanso de un naufragio.
Pero se sabe poco sobre la distribución, edad, origen y abundancia de las anclas, afirma la Sociedad Arqueológica Náutica (NAS), por lo que lleva a cabo su Proyecto Big Anchor (BAP) desde 2008.
Sin embargo, a finales del año pasado, el sitio web del proyecto fue prácticamente destruido por un hack malicioso, y el NAS ahora espera recaudar £2500 para relanzarlo.
"El Proyecto Big Anchor es una forma sencilla y divertida de registrar estas importantes características marítimas y es por eso que pedimos a los entusiastas del patrimonio que apoyen nuestro proyecto de financiación colectiva", dice el director ejecutivo de la NAS, Mark Beattie-Edwards.
“Se pueden encontrar anclas antiguas en todo el mundo, en cada puerto o pueblo costero”
A menudo se oxidan en rincones olvidados, se colocan sobre pedestales como monumentos conmemorativos o incluso decoran rotondas y jardines, y desempeñan un papel importante en nuestro patrimonio marítimo.
"Tenemos registros en nuestra base de datos de Estados Unidos, Australia, Camboya y Turquía, así como del Reino Unido".
La NAS dice que los fondos no sólo le ayudarán a reconstruir el sitio web sino también a mejorarlo y hacerlo más fácil de usar.
El ejercicio de crowdfunding finaliza el 8 de febrero y se puede acceder al sitio esta página.
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04-Feb-18